(Me imagino que esto le causará desazón a Boix y a todo el aparato propagandístico del Pasmo de Galapagar. Que el bueno de Gerardo intentase poner fin a su vida por no perderse a Ginesillo y a Pepe Avia, deja en nada las afamadas filas para la adquisición de boletos y los llenos de reventón en los hoteles. Urge que con prontitud que alguien ofrezca su vida por una entrada para José Tomás. ¿Quizás para la (despedida) de Barcelona? J. R. M.)