jueves, 9 de mayo de 2024

Mario, El Socio

 


HUGHES

Pura Golosina Deportiva

 

Después de muchos años, volví a ver a El Socio, a Mario, el creador del blog fansdelmadrid. Más canoso, como todos, pero bien, bien conservado. Ahora vive en Colombia y viene a España muy de vez en cuando.


El blog cumple ahora veinte años de vida y no sé si lo mantendrá. Me parece que no. Se le ve cansado y se comprende. "La izquierda tenía razón con lo de que el fútbol es el opio del pueblo".


No fue sólo un blog, aunque fuera casi menos. Era una simple bitácora, sin estilismos, sin pretensiones. Solo un espacio por él creado. Yo llegué buscando algo, pero ¿qué? ¿qué buscaba? No había tantos sitios entonces, bastante antes de Twitter.


Cuando, años después, otros llegaron a comerse "el underground madridista" se estaban comiendo la creación de ese blog, donde paraban seres muy singulares alrededor de la singularidad de Mario, un traductor, aficionado a la cultura japonesa, liberal de formas y actitudes pese a su tremebundez, o gracias a ella, y corrosivo de una forma que luego se hizo normal. El fans de Mario anticipó, para mí, el tono libérrimo de eso que luego se hizo llamar (no me gusta nada) el "team facha". Yo prefería llamarlo incipiente alt right. Surgió una voz alternativa, antiestablishment, no progresista, fundamentalmente masculina (¿un poco nerd, un pelín incel?).


Ese blog confluyó con otras cosas en Twitter, y creo que tuvo una importancia real en "la conversación". Desde luego, de un modo absoluto en el fútbol madridista. Antes de Mourinho, del mouriñismo, estuvo el Manifiesto Capello, por ejemplo. Fue un foro de discusión abierto y exclusivamente madridista, donde se formaba por adición, por frecuentación, una voz generacional, común, de muchos.


Siempre pensé que la Grada Fans del fondo del Bernabéu se llamó así en su honor. Mario no lo tiene claro. Ojalá, porque se lo merece. Fans fue antes que todo lo demás, gracias a la actitud del creador y mantenedor del blog.


Personalmente, le debo algo, no sé si del todo bueno. "Ponte un nombre", y me puse Hughes. Aun seguiría yo hablando anónimamente sobre cosas como el momento exacto en que Ancelotti hace los cambios.


Éramos personas algo extrañas y él tenía la rareza del pionero en Internet. Había otros blogs pretenciosos, el suyo no. Era un blog para que hablaran los demás.


Hace muchos años que no entro por allí, como no piso mi bar de Valencia favorito. No puedo con los recuerdos que me provoca o, aun peor, con las emociones sin imágenes que me provoca. Sé que han bajado las visitas y que el madridismo y la conversación se fueron hacia otro lado, pero hay algo monumental en ese blog que debería conservarse. Algo como de estadio vacío. Ecos, reverberaciones.


Hoy he conocido o reaprendido algunas cosas sobre Mario. Le gusta el teatro, incluso el teatro musical, es vocacionalmente actor, lleva un videoblog, le sigue gustando el cómic y sigue queriendo provocar. Es algo que de repente recordé: su voluntad casi formal de provocar, de buscar límites.


Mario no ha hecho fortuna, creo yo, no ha agarrado las lianas que en estas cosas surgen. Sigue a lo suyo, su camino siempre un poco misterioso. No es político, ni dócil, ni gregario, ni servil. Sus formas son otras y en esta España es un marciano.


Siempre me lo pareció. Así que no me extrañó que viviera fuera. Me habló con sensibilidad sobre lo que se siente en Hispanoamérica y en su conversación aparecían palabras de allí.


-No le pares bolas al fútbol.


No pierdas tiempo con eso. "Tenemos mucho que leer, que hacer, y la vida es corta". Yo he escuchado su propósito, su deseo, y le animo desde aquí a cumplirlo. No es tarde. Aun estamos a tiempo. Somos individuos algo raros, un poco solos, comunicándonos como podemos, de formas a veces inverosímiles y con las excusas más peregrinas. Por medios indirectos y formas indirectas. Haremos esto que hace todo el mundo... pero no nos salía igual.


¿Por qué empezamos a hablar de fútbol sin parar, más allá de lo que nadie había hablado aquí?


Han pasado veinte años y somos tan raros que aun tenemos todo por hacer, querido Socio.