miércoles, 10 de septiembre de 2014

El argumento definitivo

-No hace muchos días le contaba a alguien que me había sacado sangre para unos análisis una enfermera ciega. "¿Y cómo lo hace?", me preguntó. "Coge la jeringuilla con estos dos dedos, así, y te la va clavando. Eres tú quien tiene que preocuparse de que acierte. Pero claro -añadí- los ciegos también tienen derecho a trabajar en esto." Fue el argumento definitivo.