martes, 31 de julio de 2018

Tariq

Young Sánchez


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Cuando Carl Schmitt aclaró su concepto de “enemigo”, piedra angular de “lo político”, no existía el gobierno-okupa de Young Sánchez.

Schmitt distinguía entre enemigos privados y públicos, cosa que no hacen muchas lenguas, dando ocasión a malentendidos. En la evangélica “amad a vuestros enemigos”, el original dice “inimicos”, no “hostes”. No habla, pues, del enemigo político.

En la pugna milenaria entre el cristianismo y el islam jamás se le ocurrió a cristiano alguno entregar Europa al islam en vez de defenderla de él por amor a los sarracenos o a los turcos.
En RTVE, sin embargo, se han pasado el fin de semana publicitando a un portavoz de la fuerza expedicionaria que asaltó con cal viva la valla de Ceuta “guiados por Alá”. ¿A qué esperan para meter a ese tipo de ministro en La Moncloa?

No estábamos aquí la noche del 27 al 28 de abril del año 711, pero podemos imaginar a Rosa María Mateo entrevistando, sola o con Ana Blanco, a Táriq ibn Ziyad, jefe berberisco que desembarcó en la península con la ayuda de Don Julián, que hoy está en el gobierno, cuyo ministro del Interior, Marlasca, no es un ministro, sino una pegatina en el batín de Young Sánchez, como el astronauta Duque o la propia Mateo.
En vez de derribar la valla ceutí, abriendo una especie de Camino de Santiago “laico” para toda la muslimería, el gobierno hace el paripé de desplegar en los alambres unos pocos hombrecillos verdes para contener a todo el centro del campo africano, con Marlasca, que concibe el Ministerio como una Tate londinense para “performances”, jugando en Ceuta a la muralla de Jericó, aquella sábana que Claudette Colbert colgaba entre su cama y la de Clark Gable en “Sucedió una noche”.
Y no culpemos más de lo de Guzmán el Bueno a los benimerines, como impone la Comisión de la Verdad, ya que al chico lo mató el infante cristiano Don Juan, hijo de Alfonso X el Sabio y nieto de un rey santo, Fernando III, según el “Compendio de historia de España”, 1890, de Moreno Espinosa. “Hispania Aeterna!”

Martes, 31 de Julio


No es la ceniza en vilo de las cosas quemadas

lunes, 30 de julio de 2018

Ubérrimos

Patti Hansen, la taxista de Todos rieron

[PUBLICADO EL 7 DE JUNIO DE 2017]

Hughes
Abc

La polémica del taxi es más importante de lo que parece. No es un asunto sectorial ni que afecte solo a los taxistas. Para empezar, les quiero hacer justicia. Creo que, en la actualidad, el taxista, el “taxismo” español está por encima del columnismo español. La sabiduría opinativa del taxista ha mejorado mucho. Escuchan podcast, radio5, radio Clásica, discos de Bill Evans y ya no son tantos los que quedan de rehenes del tostón tertuliano. Es más, el taxi es mejor, más vivible, cuando dentro de él no suena una tertulia. Es un espacio más propenso a que surja la chispa de la conversación libre, mezcla de propensión simpática y voz de la experiencia.

Mis únicos diálogos actualmente se producen en el taxi. Yo sólo soy yo cuando hablo en el taxi. El taxismo, digámoslo, se ha liberado bastante del tertulianismo y ha evolucionado. El taxi está en la calle, en la tecnología; el taxi ha visto mucho. Pero no quiero que mis humildes opiniones sean sospechosas de imparcialidad. Aclaro que me resulta un gremio lejano a mi “ser”, a mi “naturaleza” más bien peatonal. Es por ello que mi opinión no es de individuo propenso al taxismo y tampoco de usuario.

Entre Über, Cabify o el taxi está claro que hay un ahorro de centimillos, de un eurillo quizás. Pero a mí eso me parece una perspectiva miope, muy pobre. Hay que superar la óptica del consumidor y elevarse a la del ciudadano. En la lucha del taxi voy con el taxi. En ellos se libra un debate que no afecta al sector, sino a la economía entera. Es una manifestación de la globalización contra un arquetipo castizo. Y también un ejemplo del papel del sector público o regulador. El papel o el despapel. Quien se desentiende del taxi y lo critica no se está dando cuenta de que será el próximo al que van a “uberizar”. El tonto que se ríe del taxista y saca la maquinita para que el über le recoja de oscuro va a ser el siguiente. Para la defensa de este “adelanto” se utilizan palabras importantes. Se habla de “tecnología” o de “liberalismo”. ¡Mentira! La tecnología es la excusa. La tecnología ya está. Se trata de otro modelo de negocio. Es una multinacional haciendo inversiones grandes y colocando a trabajadores por poco dinero y en unas condiciones de enorme debilidad. Es bajar la barrera del mileurismo y saltarse las legislaciones laborales.

El viejo taxista que ahora se jubila no resulta una figura “moderna”. Lo asumo. Puede ser hasta desagradable. Es un ser de pilotaje chulesco, deformado profesionalmente por el uso continuado del volante, cicatero hasta el céntimo y que transmite un hastío infinito no sólo hacia la urbe, sino hacia cualquier forma de vida. Pero, ah, ese viejo taxista es un montón de información. Es un hombre que ha trabajado doce horas diarias durante cuarenta años y que ha podido hacerse una casa en el pueblo al que piensa volver corriendo (“Madrid no lo quiero ni en la tele”) y que también ha dado carreras a sus dos hijos.

El nuevo modelo deslocaliza el beneficio, se lo lleva a Los Ángeles, o a Berlín, y coloca a conductores muy mal pagados y con escaso poder de negociación. Ni el autónomo ya, la precariedad. Luego se habla de liberalismo. Pero el taxi está regulado. Hay licencias, permisos, controles, límites. Y decisiones discrecionales. Los taxistas no piden la eliminación de las VTC (nombre de enfermedad venérea) sino que cumplan la ley: que esperen en su lugar, que no “apatrullen” la calle, que es el negocio del taxista; también piden que la licencia se ajuste a lo legal, a lo establecido. Que no se aumente por decisión “graciosa” del órgano competente. Es un liberalismo muy raro éste determinado por el legislador y por la autoridad administrativa. Es un liberalismo muy raro el nuestro. Un liberalismo lleno de trabas de la administración. Estatalismo y mercado. ¡Un liberalismo chino al que caminamos!

La globalización parece rubia y alta, pero tiene también un rostro chino. El argumento “liberal” resulta poco consistente. Los precios son más bajos ahora por una política agresiva de romper el mercado. El poder que tendrán después les permitirá subir las tarifas (tarifas que el taxista tiene fijadas). Se habla de “monopolio del taxi”, ¿pero no será mayor el monopolio posterior de estas compañías? ¿No es más significativo y temible el monopolio y la importancia de las grades empresas tecnológicas? Por un lado está la permisividad de la administración. Por otro, la insolidaridad y el despiste del usuario. Estamos atrapados en el encanto del “low cost”. Pero la ganancia como consumidores la sufriremos luego como productores. También hay algo de falsa ilusión en el usuario. La tecnología parece darnos un poder. El taxi lo vemos llegar, parece que lo controlamos al “monitorizarlo”, pero eso no es, en sí mismo, un mejor servicio.

En el taxi se libra una batalla superior y la libran tres. Es importante lo que hace y no hace la administración, lo que permite. Con el taxi la gente se ha podido ir ganando la vida. Con lo que viene ahora está por verse. Será más barato (aseguran), más liberal y tecnológico, pero parece una nueva forma de precariedad. Con esa cosa cómica de que adopte encima la servil forma del chófer trajeado.

Lo vamos a conseguir. Vamos a vivir la una vida “low cost”, pero chóferes de negro nos abrirán la puerta hacia el McDonalds.

Taxi Driver

Suicidas

 La meta...

...es un cementerio de pateras


Francisco Javier Gómez Izquierdo
   
          Las personas autodenominadas buenas cuyo único mérito es vivir a costa de los dineros de las Administraciones explotando los tiernos sentimientos de los miles de incautos que en España son, llevan tiempo simplificando el problemón de las pateras con un “pobrecitos” dedicado a los inmigrantes y un “fascistas” a los que los ven llegar escandalizados.
         
Las personas autodenominadas buenas entre las que hay muchos ministros y sobre todo ministras, muchos alcaldes y sobre todo alcaldesas, muchos intelectuales y sobre todo “intelectualas” no se llevan a sus casas ni a las de sus amigos de parcialidad a ninguno de los “pobrecitos”. No. Llaman a voces a las criaturas para que el mundo y sobre todo Europa se “cosque” de su infinita bondad, no se cortan en gastar los dineros del contribuyente en bienvenidas, se emocionan como hipócritas que son con las peripecias nigerianas ó camerunesas... pero ¡ahí los dejan! Con una manta, una botella de agua, una sudadera y un bocadillo que paga el que tributa en el puerto y en el polideportivo de Barbate sin ir mas lejos, para que los barbateños  practiquen la solidaridad que ellos predican.
         
Entre estos “buenos” que viven de intentar arruinar al Estado destaca estos días una tal María Isabel del partido Podemos que aliada con oenegenistas subvencionados y demás partidos ¿¿progresistas?? de rigor, ha conseguido reabrir el caso de un suicida argelino en Archidona a finales del 2017. Esta mujer “buena” no parece tener la mínima intención en investigar los once suicidios de ayer, los once de hoy ó los once de mañana y así sucesivamente de ciudadanos de su país. Setenta y cinco a la semana. Tres mil doscientos al año, de los cuales dos mil quinientos, hombres. No. Doña María Isabel dedica sus sensibilidades al drama de la inmigración ¡Oh chicos, qué buena soy! No hay constancia de que haya dejado su casa y abierto su frigorífico, como esos barbateños que saben que las cosas no pueden seguir así, a uno sólo de los pobrecitos que tanto le preocupan. Es más, a mí me ha parecido que tanto ella como sus coleguitas quieren aprovechar un caso cerrado en provecho propio con un exhibicionismo que las personas de cierta sensatez tienen por indecoroso. Sostengo lo del mezquino exhibicionismo porque la doña quiere imputar un suicidio, acto voluntario que se repite en España once veces por día y en el que no hay por qué dudar con presiones psicológicas, al comité de bienvenida de una cárcel.

       El argelino encontrado ahorcado en una habitación (no era celda porque no estaba en prisión) con ducha, lavabo, wc, sábanas y mantas a estrenar, había participado en una trifulca el día anterior. Manifiesta la policía que se mostró agresivo y que se optó con muy buen criterio por aislarlo del resto de la población inmigrante y adjudicarle una habitación para que no agrediera a sus compañeros. Allí no había funcionarios, ni equipo médico, ni equipo de tratamiento, ni trabajadora social y educador  o educadora como pretenden los denunciantes. Allí había personas ilegales y policía custodiando.
       La policía no tiene por qué saber el idioma de las tribus de Argelia, la Administración no tiene porqué disponer psicólogos que evalúen a los miles de inmigrantes que llama doña Calvo, doña Carmena y demás “gente güena”, los médicos harto hacen con intentar detectar las enfermedades comunes que tienen o las contagiosas que traen, como para que doña María Isabel le obligue a detectar si el “pobrecito” es bipolar, esquizofrénico o psicópata y mire usted doña, a mí me incomoda mucho que mi dinero y no pongo a nadie por pantalla -no olvide que  pago para que usted cobre- se emplee en psiquiatras para inmigrantes.
         
Sepa usted que entre  tantos como vienen se cuela mucho tarado que no se suicida. No le quepa duda, doña, que un servidor invitará a las víctimas de esos psicópatas a que pidan responsabilidades a tantas mujeres buenas de las que los que estamos asustados sabemos sus nombres y apellidos. ¡Ah, y hombres como don Marlaska, uno de los mejores ejemplos de lo lejos que viven muchos jueces de las calles en las que pasan cosas serias!

        Aclaro a doña María Isabel por si llega a leer esto. A mí no me gusta montar en avión, pero estoy a favor de la aviación.

Lunes, 30 de Julio


...y los ojos entornados

domingo, 29 de julio de 2018

Pompas

Peter Lorre / Albert Rivera

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En la partidocracia todas las pompas son fúnebres, pero hay sorprendidos porque un nadador como Rivera se vista de Peter Lorre en “La comedia de los terrores” de Tourneur y, armado de pico y pala, se vaya a Cuelgamuros con Sánchez, que hace de Vincent Price, a desenterrar el cadáver de Franco. ¿Por qué?

    Mircea Eliade observó que todas las sociedades organizan rituales de regeneración basados en la abolición del pasado, para alentar la ilusión de que los astros rebeldes (en la partidocracia, las encuestas) volverán a alinearse favorablemente.

    En el psicoanálisis, promover ese espectáculo de cine “gore” contra el franquismo en 2018 sería un mecanismo de compensación para arribistas seguros de que en 1968 habrían sido franquistas. Al único antifranquista demócrata que había en 1968 nunca le he oído pedir el cadáver de Franco o la ilegalización de su Fundación, como hace Rivera, “por ir contra la Constitución”, argumento con que ilegalizaríamos el partido Ciudadanos, por darnos el gato del 155 por la liebre del 116. Rivera no sabe que, levantar, con Girauta de zacateca, la losa de Franco, será como abrir el cofrecillo que Ivan Illich vio en una juguetería de Nueva York:
    
Lo abrías y salía una mano mecánica que cerraba la tapa. Esperabas sacar algo, pero sólo contenía un mecanismo para cerrarlo.
    
Y de música, Siniestro Total: “Bailaré sobre tu tumba, te mataré con mis zapatos de claqué…” Los famosos zapatos de chúpame la punta de Rivera, zapatos-Pinocho, de pirulero setentero en la Barceloneta de Ivà, mintiendo por los pies.
    
Rivera es un Melquiades Álvarez de los pobres. ¿Era monárquico, don Melquiades? No. ¿Republicano? Tampoco. Sus votantes se movían entre las conveniencias de lo conocido y el miedo a lo nuevo: “Ambiciosos cautos que no se atrevían a arriesgarlo todo a una carta y que antes de hacer su postura querían cubrirse con la pinta”.

    Pero don Melquiades cayó como héroe, asesinado por el Frente Popular en una saca de la Modelo en Madrid.

Los arribistas del Antifranquismo'18

"Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo"

DOMINGO, 29 DE JULIO

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

-¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó:

-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»  Jesús le respondió: 

-¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

Mateo 16,13-19

sábado, 28 de julio de 2018

La pinta



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Cubrirse con la pinta.

Usted lo que quiere es cubrirse con la pinta –dijo famosamente el animal de Largo Caballero al general Miaja, que pedía municiones para defender Madrid.

La pinta, en general, es “el Estao”, y quien mejor encarna esa versión de la pinta es María Soraya, que habla de las cosas del “Estao” como los gitanos de Borrow hablaban de las cosas de Egipto.

Cuando María Soraya exige a Casado proporcionalidad lo que hace es cubrirse con la pinta. Ideológicamente, el sorayismo no es más que los dos huevos duros de Groucho. ¿Que los progres piden tortilla? El sorayismo pide lo mismo, y además, dos huevos duros. Esa carrera estúpida ha convertido España en el país más hipócrita de Europa, pues, siendo el más reaccionario de hecho, es el más progresista de derecho. ¿Quién a los quince años no ha dicho “‘Estao’ de derecho?
La democracia no pacta: es el gobierno de la mayoría absoluta (¡la fuerza del voto!), sin la cual no hay democracia. La proporcionalidad, en cambio, implica pacto. Y del pacto, el consenso, invento de Constantino (el Grande, no Romero), que impone unanimidad de pensamiento y fin de la libertad política, aunque en la cultura española (y europea) estas cosas son tan ininteligibles como la Trinidad católica o la Segunda Enmienda americana.
María Soraya no ha leído a Marsilio, descubridor de la representación de la mayoría absoluta en los abades de los conventos, pero tampoco a Fraga, comentarista (malo) de Leibholz, que teorizó este Estado de Partidos que aplasta a la Nación, impidiendo su representación, sustituida por la integración (¡integración de las masas en el “Estao”!) que pide Maíllo, paisano de Ledesma, el de la conquista del “Estao”. Hasta Villarejo, si comadreó con Corina, lo hizo, dice, por el “Estao”.
Es que al Rey lo puso un general –denguean los pijos, esnobeando con una Monarquía sueca.
¿Y cuántas estrellas tenía Napoleón, besugos, que puso en el trono de Estocolmo a Bernadotte, con tatuaje “Mort aux rois” y todo?

Sábado, 28 de Julio

Valle de Esteban

Cuando vengan los gitanos

viernes, 27 de julio de 2018

Lunas



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Después de la cárcel, Wilde fue feliz sólo con ser libre, oler flores y ver la luna, esa pobre luna blanca y romántica que se nos viene tantas noches a los pies como un perro humilde, pidiéndonos, decía Pemán, una limosna de atención, que es lo que le ha dado Íker Casillas al poner en solfa la pisada de Armstrong.
¿Armstrong pisó la luna o fue un montaje de Kubrick?

El portero Casillas, Premio Príncipe de Asturias del Deporte, cree que fue un montaje de Kubrick, y el astronauta Duque, Premio Príncipe de Asturias de la Cooperación, cree que Armstrong pisó la luna.

Casillas es un ser de luz que una noche se dejó golear por el Manchester City en el Bernabéu porque tenía la cabeza en la desaparición de la Virgen de Navalacruz, su pueblo. Y Duque es un realista ingenuo que se ve tan pichi de demócrata en el espejo, cuando está de ministro en un gobierno-okupa que nadie ha votado.

Los hechos no cambian, opine la gente lo que opine –contesta al portero el astronauta, quien, sin embargo, se contradice sirviendo a un gobierno de izquierda cuya razón de ser consiste en pasarse los hechos por la entrepierna, que es, decía D’Ors, donde todo hombre lleva su argumento.
A un antecesor del astronauta en el realismo ingenuo y en la cartera, don Fernando de los Ríos, alias Don Suave, sus alumnos consiguieron llevarlo a ver la puesta de sol porque lo convencieron de que en Granada salía un rayo verde de la Alhambra.
Viene, pues, al caso una formulación de Bertrand Russell que impresionó mucho a Einstein:
El realismo ingenuo nos lleva a la física, y la física, si es verdadera, muestra que el realismo ingenuo es falso. Por ello, el realismo ingenuo, si es verdadero, es falso: por tanto es falso.
Esto lo vimos en la famosa alocución en “defensa de la educación pública” que hizo el ministro, que hablando es más raulista (“Bueno, sí, ¿no?”) que casillista: “La educación privada, que yo di a mis hijos, siempre va corriendo por delante de la pública…”

Un astro, el astronauta.

Viernes, 27 de Julio


Pero el dos no ha sido nunca un número

jueves, 26 de julio de 2018

Comeorejas

Barbate

Francisco Javier Gómez Izquierdo
     
       Mi abuela Dominica, que se murió antes de la llegada de la tele a la casa de los pobres -lo éramos todos en mi pueblo- no sabía leer ni escribir, pero cantaba, sin fallar un verso, todas las coplas que oía en la radio, recitaba romances tan de pe a pa que hasta circularon noticias apócrifas que decían que Don Ramón Menéndez Pidal acudió a escucharle la canción de Rolando a la lumbre de aquellos hogares que con tanto gusto cocían los garbanzos. Mi abuela, a la que los paisanos tuvieron por sabia y los nietos por incansable gastaba muchas consejas y desarmaba con frases rotundas. Algunas de ellas  me acompañan desde tierno infante. “No se me escapa el ojinegraje”, decían no sé si con ge o con jota, para condenar al puchero a una gallina o apartarnos de los chicos de Fulano. Eran tiempos en los que la Psicología no era ciencia y la gente no se dejaba sorprender por indeseables tan fácilmente como ahora.

       Me acuerdo estos días de mi abuela porque dicen las noticias que en la prisión de Navalcarnero un preso ha arrancado la oreja  de un mordisco a un funcionario y se ha liado a palos con la pata de una silla con varios compañeros. Aclara mi compadre “el boqui” que en los 90 llegaron varios internos de psiquiátricos a bordo de pateras, se supone que embarcados para perderlos de vista, cargados cada uno con cinco kilos de chocolate. Si se les cogía iban a la cárcel. Si no, se buscaban  la vida con la colaboración de paisanos asentados en España. Muchos acabaron presos en los módulos de enfermería de las cárceles y de allí salieron con “paguita” por la minusvalía.
     
Ahora, en las cárceles entran psicópatas de todo tipo. A algunos de ellos, los “profesionales de las ciencias del comportamiento” no les detectan la peligrosidad y sólo cuando revientan a puñetazos a otros internos, agreden a funcionarios o se compartan como orates en los nublados, a los “boquis” de patio, uno o dos por módulo, les toca resolver el “incidente”.

     El incidente se despacha con un folio que cuenta los hechos y la trascendencia de la novedad se liquida con un pie “tronzao”, un dedo partío, dos dientes menos, las gafas hechas pizcos... y el interno casi inimputable porque está mal de la cabeza. El comeorejas de Navalcarnero conoce perfectamente los privilegios del preso inmigrante como los conoce el terrorífico Fabrizio, capaz de matarte por considerar que le miras mal. A Fabrizio, un gigante del Golfo de Guinea, no le gusta que le llamen Fabrizio, porque así sólo le llama “..mi papá”. Por cosa menos ofensiva que llamarle por su nombre Fabrizio mató a su novia y a un colombiano al que no conocía con el que coincidió en el patio del talego una mañana a las ocho. Ha intentado matar, cuando menos hacer daño,  a varios funcionarios, pero la Administración prefiere minimizar “los incidentes” y buscarles las cosquillas a los profesionales por si han relajado la vigilancia. ¿¿¿Cómo puede relajarse un funcionario ante un tío como Fabrizio??? Uno cree que el problema es el arrebato de Fabrizio al que mi abuela quitaría casi todos los derechos.

      El muerdeorejas de Navalcarnero, como Fabrizio y otros muchos, es uno más a los que la coca, las pastillas y oscuras patologías le han convertido en un agresor que puede llegar a matar “sin darse cuenta” y del que han de velar los funcionarios de prisiones en vez de por ejemplo Doña Calvo de Cabra, generosísima mujer con los dineros ajenos que llama esplendorosa de bondad a todo el que quiera venir procedente del Golfo de Guinea o de cualquier otro golfo africano.
        
Antier, y desde la playa de Barbate, uno veía el barco rojo de Salvamento Marítimo hasta los topes de inmigrantes. En el polideportivo metieron más de quinientos. Por la noche rompieron las puertas y se fugaron unos setenta. Ayer, trajeron al Vista Alegre de Córdoba unos doscientos. No los llevan a la casa de doña Calvo o los de su facción. No. Los llevan a los polideportivos. Como no pueden estar detenidos más de 72 horas, se les suelta... y que vayan donde quieran a buscarse la vida como aquellos locos que, dicen, soltaba el rey de Marruecos en los 90. Seguro que para Doña Calvo mi abuela tendría cuatro frescas contundentes y todas empezarían por "...recojones, ¿pero no ve usted,?" Etc....”

Ícaro

Huella de luz
Saldaña y Lelly


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Pillar el avión oficial para llevarse a la “Cari” de concierto "indie" es corrupción, sólo que Sánchez preside un gobierno-okupa (entró a La Moncloa por la puerta –letra–, pero forzando la Fac –espíritu– de la Constitución), y entonces las mangas se vuelven anchas.
Todos entendemos a Sánchez, reencarnación de Saldaña en “Huella de luz”, de Rafel Gil: un empleado de Manufacturas Sánchez que conoce a Lelly y decide hacerse pasar ante ella por millonario. La cosa se estropea con las explicaciones de los lambiscones.
Para la señora Calvo, pillar un avión del Estado es “agenda cultural”, cuando la única agenda cultural con cargo al Presupuesto para ese hombre debería ser un programa de Refuerzo con vistas a un Bachiller.

Para el Canario Flauta, el “voletío” del Ícaro de La Moncloa (no confundir con el Astroduque, quien, por cierto, bien podría ir de chófer en el Falcon) es… “promoción musical”: a un lado, Quincy Jones produciendo a Michael Jackson, y al otro, Sánchez con la “Cari” quemando queroseno sobre “The Killers” porque el hortera de bolera Iván Redondo, que conoce bien el mal gusto del Régimen, pide… “modernidad”.
Y para el Gramsci de Torresandino la “cuestión de fondo” (todo el mundo comparte aquí muletillas) es que “la falta de regulación convierte el uso del Falcon presidencial en munición política”. La “regulación” a que se refiere este pensador debe de ser el cartel “gipsy” que preside la vega del Jarama en San Martín (donde la Warner): “Prohibido robar”.
La adulación, avisa Burke, corrompe a quien la recibe y a quien la da, y Sánchez, a quien nadie ha votado, ya puede parodiar a aquel rey de Oscar Wilde que al oír la rendida alabanza de un paje ordenó: “Que le doblen el sueldo”. Con la diferencia de que el paje de aquel rey no cobraba nada, y siguió sin recibir un céntimo.

El sanchismo viene a ser una mezcla de la “servidumbre voluntaria” de La Boétie y la “bajeza en todas las venas” que dijo haber sentido Pushkin en su encuentro con el zar.

miércoles, 25 de julio de 2018

Fascistas

Torra Pla


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Por Santiago esperábamos más turistas y vienen más fascistas.

Un auto derriba cruces golpistas en Vic, y Torra Pla, el jalifa catalán, decreta el estado de excepción… contra el fascismo.

Los socialistas llaman a cualquiera fascista, como en los pueblos de Soria llaman americanos a los que usan gafas de celuloide –dijo Sánchez Mazas (recordatorio que nos hace Julia Escobar).
Torra Pla es un payés de Blanes que lleva en el bolsillo de la americana una foto de Churchill (Ortega llevaba una foto de Gary Cooper en la cartera), el hombre que en julio del 45 entró a los lavabos de los Comunes y vio en un urinario al nuevo primer ministro Atlee, por lo que se situó en el más alejado. “Un poco distante estás hoy, ¿eh, Winston?”, dijo Atlee. Y Churchill:
Desde luego. Y es que cada vez que ves algo grande, lo nacionalizas.
Las dos únicas cosas grandes que hubiera “nacionalizado” Churchill son (eso le dijo a Alfonso Paso) “el Mediterráneo y el Real Madrid”.

La foto, pues, de Churchill (el muy humilde Obama hizo retirar su busto de la Casa Blanca) en el bolsillo de Torra Pla posee el mismo valor simbólico que un rampojo de uvas en la oreja de Paco Porras, si lo que pretende simbolizar es la lucha contra el fascismo. Franco tiene las fotos de Eisenhower y De Gaulle cumplimentándole en El Pardo, y ya ves, Torra Pla, que para Ábalos, ese tipo que es ministro sólo para que no lo pongan a echar alquitrán en la carretera, es igual que Hitler.
Pero aún hay algo peor que herir de un tiro a un niño de quince años, y es que un niño de quince años sea fascista –fue un comentario periodístico del asesinato en la madrileña calle de Augusto Figueroa de un joven voceador de periódicos, en marzo del 34, que daría pie a la glosa mordaz de Fernández Flórez en ABC: “El niño fascista: he ahí el monstruo.”
El fascismo, en fin, como sustituto, hoy, del judaísmo, donde tan pronto, decía Gecé, te hacen judío como antisemita.

Judío si tienes talento, y antisemita si eres tonto.


Paco Porras

Miércoles, 25 de Julio


Junco de amor, jazmín mojado

martes, 24 de julio de 2018

Padre Ángel & Agustín Montal

Padre Ángel
Mensajeros de la Paz

Agustín Montal
F. C. Barcelona

El grito


María Soraya gritando con los ojos


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

A los meros espectadores de la política, de la kermese pepera siempre nos quedará el grito de María Soraya detrás del abanico. ¡Ah, ese abanico o flabelo, símbolo moralizante de la persona con más flabelíferos que hemos conocido, todos pasados, sin pudor, pero con pluma y micrófono, al bando del vencedor!

Primero fue la transfiguración santapolera de Mariano (“Seguiré con vosotros”) y después vino la elevación flabeliforme de María Soraya (“Hoc est corpus meum”) que culminó en un grito de gritos, pues María Soraya es personaje de gritar con los ojos, aunque su grito ocular no convenciera ya a nadie (¡el de Cristo en la cruz convirtió al menos al Centurión!), disgusto que se hubiera ahorrado, la mujer, de haber leído a Robert Michels, que enseña que los miembros de una organización votan siempre por quien creen que les puede hacer menos daño.
La representación es un espejismo. Daudet nos demuestra cómo el “brave commandat” Bravida, que nunca se apartó de Tarascón, se convence, bajo la influencia del sol, de que estuvo en Shangai y vivió toda clase de aventuras heroicas. De igual modo el militante moderno termina por creer que confiando su causa a un delegado asegurará su participación directa en el poder.
La primera experiencia de poder en el niño es un grito (“un vagido profético”, lo llama Santayana), y en el caso de María Soraya, que venía a hacer política para los niños (“no para los abuelos”), también la última.
A Schopenhauer, que cree imposible la representación plástica del grito, lo refuta Munch (la verdad es que ya lo habían refutado mucho antes los escultores rodios del Laocoonte) con un grito adolescente que consigue sublimar la angustia en movimiento ondulatorio: la pareja burguesona que pasea ajena a su grito son Zapatero y Susana, que apoyaron a María Soraya para hundirla, y los dos barcos prestos en la ensenada, el duopolio televisual creado por ella.

La vie est ondoyante –era la coletilla de Pla, siempre mirando a Montaigne.



Martes, 24 de Julio


Entre yeso y jazmines, tu mirada

lunes, 23 de julio de 2018

Los uros de Arsuaga

 Uro
Animal útil al hombre por su fuerza, por su carne y por su leche (El Juanito)


En Salgüero de Juarros proporcionan las señas de la punta de míticos bicornes que Arsuaga (el de "nosotros, los intelectuales") cría aquí como hubieran querido hacer los hermanos Lutz y Heinz Heck
 ("eliminando lo anterior") cuando Goering montó su ganadería en el Bosque de Białowieża (Polonia)






Fotos: R.S.M.

domingo, 22 de julio de 2018

Fabio




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Españolito que vienes al mundo te guarde Dios: una de las dos Españas ha de helarte el corazón, y a Fabio McNamara ya se lo han helado las dos.

Lo de las heladas es lo que lleva al dictadorzuelo Sánchez, un presidente que nadie ha votado (las tiranías, recuerda Gray, empiezan como festivales de los deprimidos), a decir que Machado es soriano.

¡Loca! ¡Drogadicto! ¡Cómo están las cabezas!
Asombra comprobar que esos piropos que en los 80 las beatas fachas de la calle de la Palma (uno vivía en el número 38) dirigían al Fabio de la Factory de Casa Costus son los mismos que las beatas progres dirigen al Fabio del Valle de los Caídos, Ángel Caído, ¡ay, Jesús!, de la Movida, ocasionando en este país de palurdos encabronados un tumulto como el de Sodoma, con arreglo a la maldición del hermano del sevillano Juan Guerra: “El que se mueve, no sale en la foto”. Es decir, en la colaboración, en el twitter, en la tertulia.

En la parábola de Dostoyevski el Gran Inquisidor le dice a Jesús en Sevilla que la humanidad es demasiado débil para soportar el don de la libertad:
Hemos corregido tu obra, fundándola en el “milagro”, el “misterio” y la “autoridad”. Y los hombres se alegran de verse otra vez conducidos como un rebaño y libres del don abrumador que los atormentaba.
De Sevilla, precisamente, me envía Alfredo Valenzuela, subrayado, este párrafo de las memorias de Carlos Luis Álvarez, el Cándido carbayón: “Como en el franquismo se había escrito bien (Pemán, Foxá, Herráiz, Sánchez Mazas, Serrano, Montes y por ahí seguido), la libertad se identificaba con la ignorancia. Los que no sabían escribir tuvieron su gran oportunidad hasta hoy”.
Ahí está explicado el desierto literario (¡y todos los demás desiertos!) de la Santa Transición, que nos tiene como moscas en un vaso con su ir y venir del antifranquismo franquista al franquismo antifranquista.

La democracia –dirá Cándido– va a acabar siendo un lujo monárquico.

Y eso, Fabio, ay dolor, que ves ahora, ha sido.

"Vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma"

DOMINGO, 22 DE JULIO

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:

-Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.

Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Marcos 6, 30-34

sábado, 21 de julio de 2018

Un Taxi



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Con Montero por montera, Cervantes, que da nombre a un Instituto que persigue el español en el mundo (lo demostró Alberto Buela hace un año en Santo Domingo de la Calzada), pues de perseguirlo en España se ocupa el propio gobierno.
Mas a quienes dicen que este gobierno es el infierno diremos que, para Rimbaud, lo pavoroso del infierno no es el fuego, sino que allí no suene nada (“plus aucun son”), y todos los nombramientos de Sánchez nos suenan: Rosa María Mateo, García Montero
Granada era una corza / rosa por las veletas.
Sin votar, ya tenemos un ministro de Cultura que no sabe hablar el español y un director del Cervantes que, “a ver / haber”, no sabe escribirlo, pues es poeta de un solo verso (“Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi”), que inspiró una copla popular: “Almudena, mi Almudena, / ¿dónde vas, triste de ti? / Voy a ver si cojo un taxi / que me ha fallado Luis”.
Como Rubén, Montero tiene horror a la pobreza, y en los parnasillos lo llamaban cariñosamente El Trepa, pues, yendo de ateo, matrimonió en la parroquia madrileña de Nuestra Señora Flor del Carmelo, obra de Fisac, y “pegó” un Pregón del Corpus en Granada, de mayor relevancia económica que teológica, si se tiene en cuenta lo que Gustavo Bueno explicó a Hughes: la Iglesia topó con Galileo por el atomismo (¡no por el geocentrismo!), que dificultaba el dogma de la transustanciación, y temía la negación del Corpus Christi, esencia del catolicismo.
Pero un día el ministro Ordóñez dejó de considerar el Corpus como fiesta obligatoria. “Esto es la revolución”, pensé. ¡Y no se han dado ni cuenta!
Montero, en fin, “inquieta gelatina, coco poroso” (Ullán), es hombre de Régimen y poeta de la Experiencia (“poesía social”, cuando Franco), y si todas las anacreónticas de Horacio o Catulo no son más que “la poesía de unos tiempos en que el vino estaba barato”, el verso del señor de Almudénez, como decía José Hierro, no es más que la poesía de un comunista de café a quien el Estado paga los taxis.

Sábado, 21 de Julio


Y los arcos rotos donde sufre el tiempo

viernes, 20 de julio de 2018

El Jalifa



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Si decimos que en España lo que falla es el habitante no es a humo de pajas. Don Claudio Sánchez-Albornoz, por ejemplo, siempre dijo que con la República acabó la Revolución de Octubre (Largo y Prieto).
Ella y la “vehementia cordis” que Plinio atribuía ya a los españoles.
Ahora la “vehementia cordis” del sanchismo podría desenterrar a don Claudio, que está en el claustro gótico-cisterciense de la catedral de Ávila (¡la cuna de Casado!), bajo un hermoso epitafio: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
Jean Palette nos recuerda la “vehementia cordis” que vio un paisano suyo, Bartolomé Joly, limosnero del rey de Francia, de visita en 1603 con uno del Císter: “Entre ellos los españoles se devoran, prefiriendo cada uno su provincia a la de su compañero, y haciendo por deseo extremado de singularidad muchas más diferencias de naciones que nosotros en Francia”.
Es su conversación ordinaria. Y si aparece un castellano entre ellos, vedles ya de acuerdo para lanzarse todos juntos sobre él, como dogos cuando ven al lobo.
España, según el 78, se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, pero eso son tautologías, pleonasmos y solecismos ideológicos, pues ningún Estado es individual, ningún Estado es democrático (la democracia no es una forma de Estado, sino de gobierno) y ningún Estado carece de leyes.
En realidad España es un protectorado de Cataluña, con Puigdemont de Alto Comisario, y Sánchez, de Jalifa. ¡Pedro el Jalifa!, llegado al mando por un golpe de Estado de Partidos (lo de Hitler en Weimar) para poner en marcha el programa filantrópico de Soros, sapo Simpson de todas las fábulas en este jardín de infancia.
El Jalifato petrino blinda su “izquierdismo” con sinsentidos que hagan imposible la crítica e impone la nueva “lingua franca” (Scruton) de las humanidades, el galimatías, que ve en los “Principia” de Newton un manual de violación (Harding) o en e=mc2 una ecuación sexualizada (Irigaray). 

“Eleuterómanos” somos.

Resurrección



Hughes
Abc

Fabio Mcnamara ha sido tachado de loco y enfermo por sus últimas manifestaciones sobre el Valle de los Caídos.

Habría que recordar, para empezar, que el Valle de los Caídos es un lugar relacionado con la Movida. Los Costus tienen una serie de pinturas con el tema del Valle. En uno de los cuadros sale Tino Casal con la gran cruz de fondo. Es una cruz kitsch, un Valle kitsch, no político, trascendido por el humor y el arte. Mcnamara conoce bien esas pinturas. El Valle y la cruz como lugar de profundas resonancias místico-poperas. Fueron la llegada al Valle de los Caídos de los divos, el color, el pop, quizás la primera revisión de ese lugar. Luego vendría la revisión política sucesiva. Pero los Costus fueron quizás los primeros.


Las manifestaciones de Mcnamara son más ambiciosas. Los de TV3 se fueron al Valle el día 15 a retratar españolazos y el resurgir del fascismo, tema que les obsesiona demasiado como para pensar que hay algo de deseo en ello. Allí se encontraron a Mcnamara envuelto en una bandera española con el águila de San Juan. Alguien le avisó para que la ocultara: era delito su exhibición. La manifestación contra la exhumación de los restos de Franco adoptó, para ser legal, la forma de la peregrinación. Algo parecido hizo Mcnamara, que no se opone a lo que él llama la “Ley de Revancha Histórica” por motivos políticos sino religiosos. Mcnamara habló de otra cosa, Mcnamara habló de la Resurrección de Franco. ¿Es delito creer en Franco como Enviado de Dios? ¿Es delito en un país con libertad religiosa creer que formó parte de una Guerra Santa que menciona Mcnamara? Apoyar a Franco o incluso hablar bien de Franco será delito, ¿pero creer en un Franco divinizado lo es? ¿Qué le pueden hacer a Mcnamara además de llamarlo loco? Encerrarle en tanto loco, supongo. Mcnamara retoma ‘seriamente’ aquella historia de Vizcaíno Casas: “Y al tercer año resucitó”, en la que Franco volvía a la vida y encontraba “el pastel” de sus sucesores y designados. Esa mezcla suya de Costus + Vizcaíno Casas es mucho más ambiciosa.


Mcnamara habla de la Resurrección como:

1) Broma y ridiculización de lo que él llama “las rojas” y de la “Ley de Memoria Histórica”. Critica su vivir-en-Franco, la actualidad de Franco, el meter miedo, el Franco-Chollo y el Franco-Asustaviejas (“Franco nos comía vivas”), la revitalización constante del franquismo como forma de política. Por eso la TV3 iba al Valle de los Caídos. Se vive en-Franco y contra-Franco, todos desde-Franco. ¿Qué es, si no, esa expectativa de franquismo de la izquierda? La exhumación es el paso definitivo en la necrofilia franquista actual. Ese vivir contra-Franco desde-Franco que hacen los socialistas (los otros al menos se tapan). Tocar sus restos, mover sus restos. Acceder (¡sin confesarlo!) a la reliquia.

2) La Resurrección como aspiración. Su forma de protesta adopta la forma de la “Guerra Santa” y de la “Cruzada”. Hay que ir al Valle de los Caídos “para que Franco resucite”. La Ley de Memoria Histórica convierte en delito la exhibición de parafernalia y cualquier acto político, ¿pero y lo religioso? Gran paradoja. La Ley actual, estas leyes que limitan los márgenes políticos e históricos, sólo le dejan una vía posible: la espiritual, es decir, la nacionalcatólica. La peregrinación de creyentes para que un acto sobrenatural ocurra. El Franquismo es delito o estigma, ¿pero refugiarse en la fe esperando su venida? ¿También es delito? Con esta contradicción, Mcnamara revela el profundo absurdo de esa legislación y sitúa en la religión la última libertad. Esto es una provocación altísima en el mundo liberal.

3) En otros momentos, para Mcnamara “Franco no ha muerto, Franco Vive”. El Franco de Mcnamara es como un Franco Elvis. Un Franco sobrenatural y popular a la altura del Mito creado por los Antifranquistas PostMortem, que nacería de la propia vulgarización de su figura. Esa vulgarización lo acercaría al pop. Una creación distinta que el artista captura de la constante manipulación histórica y política. O sea, del debate actual y de la negación de los pseudofranquistas más la reafirmación de los antifranquistas, todos desde-Franco, de ese continuo debate, Mcnamara destila un Franco eterno y nuevo ya con el anticuerpo, contra esas leyes, un nacionalcatolicismo posterior, protestón, más bien homosexual (se dirige a los españoles, pero también íntimamente, a “las mariquitas”, “rojas” “mamarrachas” o “antiguas”), fervoroso, inofensivo, disidente. Un nacionalcatolicismo de performance, teatralizado e insumiso. Es la mezcla del Sagrado Corazón de Jesús y de un disco con Miguélez. El Franco Elvis de Mcnamara permite anticipar un Franco fuera del Valle de los Caídos, el Franco del después, “liberado” de la carne y el templo, un Franco desparramado y fantasmal. Pero esto es una advertencia a los efectos boomerang de la vulgarización absoluta y a la simplificación grotesca de procesos y figuras históricas. De ese aplanamiento, el genio pop de Mcnamara intuye el Franco Elvis.

Mcnamara va más allá de lo que fueron los Costus, a los que ese paisaje les interesaba como a cualquiera que no sea un talibán. Mcnamara se salta a la torera las prohibiciones (legales, políticas, de todo tipo) y en un gran salto con varios tirabuzones se acoge, de forma vindicativa y a la vez piadosa, al nacionalcatolicismo. En la biografía de Mcnamara hay cierta coherencia: Transición-plenitud-Movida-Vuelta a Cristo-Vuelta al Nacionalcatolicismo.

¡Mcnamara hace la Transición al revés! ¡Mcnamara hace la Destransición! Hace de su biografía una vuelta al origen (la belicosidad santificada, la guerra civil). El nacionalcatolicismo del artista Fabio Mcnamara es una forma suprema de chunga y de libertad que, en este caso concreto, revela el absurdo completo de la ley actual y de la que se prepara.

Al (Anti)franquismo postmortem y necrofílico actual, Mcnamara le amenaza con la resurrección y a la “deslocalización” de los restos sin honor alguno, responde con un Franco Elvis. En el momento en que la Ley se apodera de “los restos”, y con ellos de la Política y de la Historia, Mcnamara habla del Espíritu.

En el momento justo en el que PSOE habla de tocar a Franco, de acceder a su materialidad, ¡Mcnamara habla de la liberación de su espíritu mediante su resurrección! Pero no es tanto el espíritu de Franco, no nos quedemos con eso, es la liberación del Espíritu. Hacer a Franco, es decir, a la Historia, inaprehensible para el gobierno. Habla de una forma de libertad que GENIALMENTE en ese caso concreto adoptaría la forma nacionalcatólica. Pero su “nacionalcatolicismo” es una vía de escape contra el proyecto de Verdad única gubernamental.

La Libertad adopta en Mcnamara diversas formas. Y ésta es una de ellas.

Por esto le han llamado loco, drogadicto o enfermo. Pero tiene un sentido profundo y desde luego muy divertido. Los beneficiarios del Franquismo, sus herederos y mamandurrios, callan, y el que protesta es el libérrimo Mcnamara al que en el asunto le va otra cosa.


Viernes, 20 de Julio


Un pálido ramo de simientes

jueves, 19 de julio de 2018

That’s why they all are billionaires and all got elected president




The Bushes got us into all kinds of messes. The first one killed the economic miracle that Reagan had fashioned. The second one screwed up the Middle East, where Iraq and Iran beautifully were engaged in killing each other for years, and he got us mired into the middle of the muddle. Clinton was too busy with Monica Lewinsky to protect us from Osama bin Laden when we had him in our sights. Hillary gave us Benghazi and more. And Obama and Kerry gave us the Iran Deal, ISIS run amok, America in retreat. All to the daily praise of a media who now attack Trump every minute of every day.

So let us understand a few things:

NATO is our friend. They also rip off America. They have been ripping us off forever. We saved their butts — before there even was a NATO — in World War I. They messed up, and 116,456 Americans had to die to save their butts. Then they messed up again for the next two decades because West Europeans are effete and so obsessed with their class manners and their rules of savoir faire and their socialist welfare states and their early retirements that they did not have the character to stand up to Hitler in the 1930s. Peace in our time. So they messed up, and we had to save their butts again. And another 405,399 Americans died for them during World War II. And then we had to rebuild them! And we had to station our boys in Germany and all over their blood-stained continent. So, hey, we love those guys. We love NATO.