martes, 31 de marzo de 2015

Al calor del amor en un bus

Avenida de los Toreros
Esta tarde

Semana Santa de Córdoba. Ánimas

 Cristo de Ánimas
“..a partir de la hora sexta sobrevino una oscuridad sobre toda aquella tierra hasta la hora nona.”

Francisco Javier Gómez Izquierdo

La procesión de Ánimas se llama en verdad Del Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas y Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, pero los cordobeses la dicen la del Silencio. A mí, el Cristo de Ánimas, y perdonen el atrevimiento, no me parece paso propio de Andalucía. Me recuerda mi vieja Castilla, y me parece llevado, respetado y rezado por castellanos. El Cristo de Ánimas no lleva costaleros. Va a ruedas entre penitentes de luto riguroso que entonan misereres, padrenuestros y avemarías de los misterios dolorosos.  Al Cristo de Ánimas las calles lo esperan en silencio. Un silencio contagioso vigilado por los espectadores pegados  a las paredes del Realejo que chistean al menor asomo parlero. El Cristo de Ánimas no lleva banda de música. Sus nazarenos no necesitan vigilar la ortodoxia procesional porque los penitentes del Cristo de Ánimas son discretos y cumplidores, cabales y anónimos, sobrios y admirables.

    ¿Por qué, si  Ánimas no lleva música ni costaleros, todos los cordobeses te dicen “...¡¡¡Ah, el Cristo de Ánimas, impresionante de verdad..!!!.”?  Vuelvo a pedir perdón, pero a mi me da que la admiración es como de otra especie. Como si el Cristo no fuera del todo andaluz y pareciera bajar de Castilla.


Botellato rico, Botellato pobre


Calle de Jorge Juan
Botellato rico

Calle de Lista
Botellato pobre
AM

Calle de Lista
(Pobre rebuscador de basuras)
PM

Vuelos



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Sigue dando vueltas en los medios el avión de Lubitz, y hasta en la Farsalia de Fandiño en Las Ventas se decretó el consabido minuto de silencio socialdemócrata, o padrenuestro de la nada.

¿Cómo puede nadie dar el beso de buenas noches a sus niños al volver de los toros? –fue la interrogación de Julia Otero (no confundir con Carolina Otero), reina fallera del “mainstream”, mezcla del lirismo sincero de Manolo Cabeza Bolo y del Nietzsche homeópata que pone en boca de Zaratustra el tremendo “Os inoculo la locura”.

Lo que a todos nos parece ese Lubitz no quiere decirlo nadie, y oficialmente no se sabe si era un loco que se volvió cabrón o un cabrón que se volvió loco, y ante la duda los consumidores de medios reaccionan como las gallinas ante el zorro, amontonándose en un rincón, mientras los gobiernos, para sacudirse el miedo, piden homenajes a las víctimas, como María Soraya, y más gente en las cabinas de los aviones, como Fernando Ónega, que nos parece bien, siempre que fueran tertulianos, como propone Pulga de Triana, por la sabiduría que atesoran y la compañía que hacen.

Hasta Rivera, socialdemócrata “low cost” (“low cost” es decir “agnóstico” en vez de “ateo”), se ha echado una novia azafata.

Hemos cambiado el alma por la psique, los curas por los psicólogos y la cultura cristiana por el relativismo socialdemócrata (¡también en el Vaticano!), que es la religión en marcha: con ella los ricos siguen sintiéndose culpables, pero lo arreglan adulando a los pobres, y ahí tenemos (en chusco) lo de Bono con Podemos.

La socialdemocracia europea es el folclor que queda de la cultura cristiana una vez despojada del espíritu que Paul Valéry vio salir volando. Un Estado fiscal y burocrático camuflado en la retórica de la doctrina social de la Iglesia, que es una “equis” en la casilla de las rentas.

Un mundo idiota y descreído que cree resolver la locura de la muerte con un minuto de silencio en el fútbol (¡y en los toros!).

Martes, 31 de marzo

Valle de Esteban
Virgen de la Leña

lunes, 30 de marzo de 2015

Semana Santa en Córdoba. Un hombre de Cirene

  “¡Padre Mío, si es posible, que pase lejos de mí ésta copa!
 Sin embargo...¡no como quiero yo, si no como tu quieras!” 
Mateo, 26 v.39

 “...encontraron a un hombre de Cirene, que se llamaba Simón.
 Lo requisaron para que llevara su cruz”
 Mateo, 27 v.32

F.J.G.I.

El Rescatao

 “El Rescatao” saliendo

Francisco Javier Gómez Izquierdo

¿Qué tiene el Rescatao? ¿Por qué ese gentío esperando su salida? ¿Por qué esa muchedumbre tras sus pasos? ¿Por qué tantos piden su protección? ¿Por qué cada domingo de Ramos desde hace diez años viene a visitarme Mari Carmen?

     No pidan que se lo explique porque no sé hacerlo, pero lo cierto es que al Cristo de los Padres de Gracia, al Rescatao, se le tiene como el Señor de Córdoba, el de más penitentes, al que más se reza y al que se recibe con lágrimas masculinas y femeninas cuando sale a recorrer la ciudad y se le llora con una emoción indescifrable cuando se encierra avanzada la noche. Hace diez años nos visitó Mari Carmen y la llevamos a la Plaza del Alpargate a ver salir a éste Jesús Nazareno del que no hay cordobés que no tenga conocimiento de su ubicación. Las sensaciones y el sentimiento de Mari Carmen para ella quedan, pero desde entonces cree que no hay nada mejor que hacer la tarde del domingo de Ramos. Viene de Ciudad Real y regresa con la satisfacción de haber cumplido una obligación.


Devociones sin capirote

"Emeritocracia" en el fútbol





Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    No me gusta (¡no me sienta!) el cambio de hora.

    Hay que ser Fandiño para, en un día como ayer, no aprovechar el cambio de hora como pretexto para, con lo que tenía en los corrales, no presentarse en Las Ventas.

    Con la hora cambiada (¿a las dos eran las tres o a las tres eran las dos?), leo que el cronista deportivo de un diario de Cádiz llama a Casillas “portero emérito”.

    ¡La “emeritocracia” en el fútbol!

    Porque “emérito” no viene de Émery, el Unai del Sevilla que estando en el Valencia no quiso saber nada de Isco… por gordo.

    “Eméritos”, del latín “ex” y “meritus”, eran los legionarios de Roma, los profesores de Universidad, los arzobispos de la Iglesia, y a partir de ahora, los jugadores de fútbol, como Casillas, portero de Ancelotti, y Villa, guaje (y gaje) del marqués de Del Bosque, que ha hecho del Combinado Autonómico una Fundación del Tiempo es Oro.
    
Villa se retiró del fútbol, pero “la Roja” lo puede llamar para que vuelva a jurar bandera y redondee el centenar de partidos con las águilas de Villar.
    
Raúl, el tío que al decir de los piperos tapó la puerta a Villa en el Madrid, también está a tiro para “emeritarse” en el Combinado Autonómico hasta que se transforme en Combinado Federal.
    El “nihil obstat” deben de darlo Casillas, el “portero emérito”, y Sergio Ramos, el capitán que piensa lo mismo que Pepe, sólo que después.

    Pepe, que tiene el don de la observación, se ha fijado en dos cosas para volver a ser titular: una es la dureza de Ancelotti, que muy de mañana los hace subir una cuesta en Valdebebas; y la otra es la simpatía de Ancelotti, que hace que al equipo lo reciban mejor que con Mourinho por esos campos de España, detalle, el del recibimiento, corroborado por Ramos.

    ¿Cómo obviar los gritos de total rendición, aún calientes, de “¡Íker!”, “¡Íker!”, “¡Íker!” en el Calderón?

    Pepe y Ramos son esos “notarios de la actualidad” (García) que dan fe de cómo en el Calderón se pasó de ser antipáticos y ganar los derbis bajo los cánticos de “¡Ese portugués, qué h. p. es!”, a ser simpáticos y perderlos animados por el “¡Íker!”, “¡Íker!”, “¡Íker!”

    Y si no gritan “¡Cristiano!”, “¡Cristiano!”, “¡Cristiano!” es porque Cristiano no pone nada de su parte, o, según se mire, lo pone todo de sus partes, incurriendo en la cólera moral de Tebas, que ha resumido la fibra intelectual del fútbol en una frase:

    –Si Cristiano se toca los cataplines con desprecio, debe ser sancionado.
    
¡Cuántos Tebas tronantes hemos conocido todos en el internado de frailes!
   
 Los Tebas de la moral no salen del Partenón, sino del Sinaí, y por eso pasan por alto que dos aficiones futboleras hagan escarnio público de los símbolos de la Nación, pero se visten de Torquemada para palpar los cataplines (decir “cataplines” los retrata, pues como ya lo dejó explicado Hughes, cataplín no es cojón ni es huevo, pero tampoco es gónada ni testículo) de Cristiano.

    La moral pelotera de Tebas es de frailón emérito y por eso habla de cataplines, que rima con jolines. Quiero decir que no es Massu, el general francés en Argel que se hizo atar un cable eléctrico en el sexo y conectarse durante tres horas a la corriente.

    –Desagradable, pero soportable –fue su impresión.
   
 ¿Y el himno, Tebas? ¿Qué pasa si la chusma “desprecia” el himno?



LO DE TITO VILANOVA
    Bartomeu fue el directivo culé más escandalizado con lo del dedo de Mourinho en el ojo de Vilanova. “El Madrid tiene un problema con Mourinho, que no tiene seny, etcétera…” Aquel fariseo preside ahora el Barça, cargo desde el que no ha tenido el menor inconveniente para cargar en sede judicial el sobrecoste del fichaje de Neymar en las espaldas del desaparecido Vilanova. Como exclamó Washington, en circunstancias más solemnes y con frase de Tom Paine, “¡ha llegado el momento de las almas viriles!” Y ahí está la del caballero Bartomeu, otro socialdemócrata perfecto, como Tebas. De la nata batida, dice Thomas Bernhard, no sale nada.





Domingo de Ramos en Madrid. Fandiño, o lo que va del "¡Hosanna!" al "¡Crucifícalo!"



José Ramón Márquez


8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino.
9 Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Marcos, 11


I. Se abre la puerta de cuadrillas y aparece, paso decidido, gris y oro con cabos blancos, Iván Fandiño. Viene a matar seis toros. El público se ha manifestado de manera inequívoca en el plebiscito llenando la Plaza como los días grandes de San Isidro. Esto es lo más importante de la tarde, que ante la llamada del toro la taquilla ha funcionado y la afición se ha ilusionado. Éste es el toque de atención que deberían recoger los que gestionan el negocio de los toros: que el anuncio de toros de verdad frente a uno que es capaz de asumir el riesgo de ponerse enfrente de ellos es algo que mueve a las gentes a ir a la Plaza.

Antes de iniciarse el paseo el matador recibe la cerrada ovación de reconocimiento de la afición. Mira Fandiño hacia un lado y hacia el otro y ve el óptimo resultado de su obra con los tendidos, las gradas, las andanadas, los palcos y las escaleras llenos de gente. Espectáculo de masas planteado a pelo, sin el trágala de un abono cautivo, en el que se avala la validez de lo propuesto en los carteles en una votación a favor con veinticuatro mil tíos pasando por la taquilla; veinticuatro mil indiscutibles síes escrutados a las seis de la tarde.

En el cartel, junto a Fandiño, Partido de Resina (antes Pablo Romero), Adolfo Martín, Cebada Gago, José Escolar, Victorino Martín y Palha: lo que nadie quiere matar con tal que se crea un poco figura, los toros proscritos por el mero hecho de ser diferentes. El ambiente en la Plaza propio de los grandes días, con la afición expectante y los de los cubatas y gintonics poniéndose morados, como si se fuese a promulgar al día siguiente la Ley Seca.

Fandiño hace el paseo despacio, alejado del peonaje, entre aclamaciones y hosannas y luego recoge parsimonioso una cerrada ovación en el tercio.

12 Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué queréis, pues,  que haga del que llamáis Rey de los judíos?
13 Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale!
Marcos, 15

II. Muerto el sexto la plaza es un guirigay. Algunos ya han lanzado almohadillas al ruedo antes de doblar el toro, muchos muestran su desaprobación al conjunto de la tarde silbando, otros se fueron de la localidad durante la faena al sexto o a la muerte del quinto; la decepción que se manifiesta en las gentes es sólo el reflejo de la expectativa que se había creado, que cada cual nos habíamos creado. Caen más almohadillas mientras el torero se prepara para salir camino del patio de caballos. Las cuadrillas le arropan y parece que no quieren dejar al hombre atravesar en soledad los 61 metros y medio de arena que le han de llevar al día de después, que para él será aún más doloroso que el día presente. A esas horas, con las canales de los toros ya en el desolladero, cuando toda la suerte ha quedado echada, es cuando debería resplandecer la épica dimensión de la apuesta que había trazado Iván Fandiño eligiendo para su día de más responsabilidad los toros que detestan quienes entienden el toreo como un mero ejercicio esteticista, como un ballet con un convidado de piedra de cuatro patas y lengua babeante, como una hortera caricatura de la tauromaquia, pero el público -esa bestia feroz a la que se refería aquel gran aficionado y antitaurino que fue Eugenio Noel- no puede perdonar la desilusión, que para el hombre contemporáneo no se cifra en otra cosa que en habérsele hurtado la contemplación del triunfo de Fandiño, momento histórico, único e irrepetible, pues bien es sabido que la vida del hombre de nuestros días es una sucesión infinita de  momentos históricos, únicos e irrepetibles. Es entonces cuando la decepción se vuelve griterío: ¡Crucifícale!

Fandiño sale de Las Ventas muy enfadado, camino de su particular Semana de Pasión.

III. La corrida de toros ha sido una interesante corrida de toros, seria, con comportamientos variados y planteando dificultades, como deben ser los toros. La gran duda de la tarde era esa ruleta rusa que es Pablo Romero, y esta vez tocó en el ya tradicional registro de blandura. Medallito II, número 24 fue un toro precioso que adoleció de los defectos ya característicos de los pupilos de la divisa celeste y blanca. El Adolfo que hizo segundo, un serio cinqueño llamado Azafato, número 24, tenía que haber sido el del primer triunfo de la tarde. Fandiño se amontonó con él y, en mi opinión, los errores que cometió con este toro le lastraron ya toda la tarde. Primillo, número 7, de Cebada hizo tercero y trajo desde La Zorrera una enorme cantidad de inanidad y de encastada mansedumbre. El cuarto, Curioso I, número 11, de José Escolar fue un regalo para el aficionado del fuenlabreño, por serio, por listo y por el cuajo y el trapío que tenía. Fue al caballo con alegría, fue alegre a banderillas y a la hora del último tercio fue exigente y planteó las dificultades que debe plantear el toro de lidia y que no existen con la mona. El quinto, Garduño, número 63, de Victorino metió la cara con franqueza en los capotes en una embestida vibrante, derribó al penco de Rafael Agudo y se lastimó una pata, por lo que fue devuelto y nos quedamos sin verle, con lo que prometía. En su lugar salió otro Adolfo, Malagueño, número 14, toro serio y escurrido, también cinqueño, frente al que había que poner serios y firmes argumentos que el matador a esas alturas de la tarde ya no estaba dispuesto a plantear. El sexto, Bonito, número 149, de Palha, fue un toro desabrido y cobardón, que en seguida decidió no estar interesado en lo que se cocía en el ruedo, como la mayoría de los que estaban en la Plaza, incluido el matador.

IV. Lo hemos dicho mil veces y lo hemos visto otras mil: si el toro no embiste, entonces tiene que embestir el torero. Pienso en Fernando Lozano, en César Rincón, en Mariano Jiménez, en Domingo Valderrama, en Antonio Ferrera... en tantos que en un momento dado han puesto en el ruedo más raza, más fiereza y más rabia que el toro y han conseguido el triunfo denodadamente con la cierta promesa de que lo que allí había se ventilaba o bien en la Puerta Grande o bien en el hule del doctor Padrós. Ese planteamiento ambicioso y deliberadamente apasionado es lo que se echó hoy en falta en Fandiño, si acaso lo que él quería era el triunfo de puerta grande. No llega a conectar con el público realmente en ningún momento de su tarde porque las gentes ven ahí abajo a un torero mecánico; y, sin embargo, en los dos momentos que pone corazón: cuando el Escolar le viene a toda mecha hacia los medios y él espera y le da el muletazo sin inmutarse o cuando a ese mismo toro anteriormente le hizo unas chicuelinas de bastante ajuste, la Plaza es suya, dos momentos fugaces.

Puede decirse que Fandiño no le dio a la Plaza la ración de irracionalidad que ésta demandaba, pero acaso no se le pueda pedir más: a fin de cuentas no deja de ser un torero moderno.

 El cartel

Las pipas

 La hoja de ruta

 Don José Escolar

 Con la mosca detrás de la oreja

 El callejón

 La mosca en la sopa

 Iván Fandiño

 Minuto de silencio/Padrenuestro de la nada

 Pablo Romero

 Brindis

 La llamada del toro-toro

 Posiblemente el animal más bello del mundo

 Azafato

 Los mayorales

 Cebada Gago

 El que más miedo le hizo pasar

 El torazo

 Primillo en el burladero

 ¡Un escolar!

 El peto

 El espontáneo

 La muleta del espontáneo, requisada
Y dirán que no hay Gobierno

 Garduño

 Las Ventas Tour
Go to next point

 Garduño en el capote

 Garduño en el Guernica

 El sobrero

 El de Palha

 Palha

 ¡A lo negro!

 El hondero y la almohadilla

Triste, solitario y final